viernes, diciembre 2

Primer logro

¡Pepe! ¡Pepe!, entré gritando a la casa. Estaba muy contenta, tan contenta que casi me reía sola. Necesitaba decirle a alguien lo bien que me sentía.

Hacía 3 meses y medio que había iniciado una nueva fase en mi vida. Una etapa que, al principio, representaba un verdadero reto. Un reto tan grande que había momentos en los que pensaba que era mejor tirar la toalla, que seguir sufriendo. Pepe siempre había estado ahí conmigo apoyándome, impulsándome, regañándome cuando quería desistir. Siempre quisiste hacerlo, me decía, no te dejes vencer. Es sólo al principio que la vas a pasar mal, después te aseguro que lo vas a disfrutar, me repetía cada vez que yo llegaba a casa con la moral arrastrándola como si fuera morral.

¡Pepe! ¡Pepe! Seguí gritando. Pepe por fin apareció, adormilado me contestó: ¿Qué pasa? ¿Ya vas a empezar con tus inseguridades y tus culpas? Me habías dejado descansar por más de 2 meses. ¿En que asuntos andabas metida que ya no me necesitabas? Ah si, ya me acuerdo, te metiste a la Universidad. Y cómo andabas preocupada por los asuntos del saber, se te olvidaron todos los rollos que no te dejaban dormir, ¿o no? Hoy fue mi último día de clases, le dije. Y aunque no tengo todas mis calificaciones, te puedo afirmar que fue un magnífico trabajo el que hice en estos casi 4 meses. Yo te lo decía, era cuestión de tiempo, solo necesitabas no desesperarte para empezar a disfrutar.

Este reto será como subir a un edificio de 9 pisos, y hoy, por fin llegué al primer piso. Hoy, terminé mi primer semestre de la licenciatura de Psicología… tal vez para muchos esto no sea importante, pero para Pepe y para mí es lo máximo. Sobre todo para mí, porque me hace sentir muy bien, muy satisfecha conmigo misma. Y si yo me siento bien dejo de molestar a Pepe, quien se quedará conmigo y no se regresará con Pinocho, como me había amenazado.